Incluso a más de un año del inicio de la pandemia, las investigaciones acerca del comportamiento y desarrollo del virus en personas y animales siguen adelante. Sin embargo, hay algo de lo que se tiene certeza: lamentablemente nuestras mascotas también pueden contagiarse.
En general, no debemos preocuparnos, simplemente tenemos que tomar algunas medidas sanitarias para mantener todo bajo control. En primer lugar, debemos tener en cuenta que hasta el momento no hay evidencias que demuestren que los animales de compañía cumplen un rol epidemiológico importante en la transmisión del SARS COV-2. Esto quiere decir que aún es improbable que puedan contagiar a otras mascotas o personas.
Hablando de contagio, si una persona da positivo de Covid-19 podría infectar a sus mascotas de la misma manera que a otras personas, ya sea por contacto directo (boca-boca, boca-nariz), por contacto indirecto e incluso a través de la manipulación de sus alimentos.
El virus puede afectar a gatos y perros de la misma forma que lo hace con humanos. Los primeros parecen ser más susceptibles y, según la Organización Mundial de la Sanidad Animal, el periodo de incubación en ambos varía entre 2 a 14 días, dependiendo de la especie y de características individuales.
Los síntomas que pueden presentar son: tos, estornudos, dificultad respiratoria, descarga nasal y ocular, vómitos, diarrea, fiebre, inapetencia, letargia, decaimiento, pero también pueden ser asintomáticos.
Un dato positivo es que de la pequeña cantidad de perros y gatos a los que se les confirmó la infección con el virus, algunos no mostraron ningún signo de enfermedad o tuvieron síntomas leves para los que bastó la atención doméstica.
¿Qué hacer ante un eventual contagio?
Para evitar la transmisión, al tener el diagnóstico o presentar los primeros síntomas, debemos tomar las mismas medidas sanitarias que tomamos con las personas. En primer lugar aislarse sería lo mejor. Se recomienda implementar el uso del tapabocas dentro de casa y ser persistentes con el lavado de manos y el alcohol en gel, principalmente al momento de estar en contacto con nuestra mascota.
En caso de que el animal precise asistir a una consulta veterinaria, su dueño no debe llevarlo sino que debería hacerlo otra persona encargada de confianza. Otra opción es pedir asesoramiento telefónico para saber cómo actuar con ellos durante los días de aislamiento. Además, sería prudente, en este periodo, evitar las salidas recreativas y sacarlos exclusivamente para que hagan sus necesidades.
“Prevenir es mejor que curar“
En el caso de estar sanos, tanto dueño como mascota, un método de prevención que se podría implementar para evitar que el virus ingrese al hogar es el lavado de patitas, en especial en los perros. Según la Vet. Gabriela Silanes “se desinfectan sus extremidades con agua y con jabón al momento de llegar a casa después del paseo, pero es muy importante enjuagar y secar correctamente”.
Atención: no está permitido el uso de cualquier otro tipo de desinfectantes como amonio cuaternario, lavandina, toallitas sanitizantes, aerosoles, etc. que podrían perjudicar la salud del animal.
Referente:
Gabriela Silanes – Veterinaria y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Ambientales de la Universidad Maza