En los últimos meses hemos conocido, por diversos medios de comunicación, los casos de jugadores de fútbol reconocidos que sufrieron miocarditis. De los más sobresalientes, tenemos en River a los jugadores Paulo Díaz -quien no pudo integrarse a la selección para disputar la Copa América-, o Leonardo Ponzio que, a sus 39 años, se perdió el final de la temporada del campeonato por el mismo diagnóstico.
Esto se evidenció no solo en Argentina. El caso más sobresaliente por su impacto mediático, fue el del jugador de fútbol danés, Christian Eriksen que durante el partido, sufrió un desvanecimiento y posterior paro cardíaco del cual fue reanimado. En un principio se asoció esta situación al COVID y después fue aclarada. La periodista Jennifer Couzin-Frankel escribió en la revista Science sobre un estudio realizado en la Universidad de Ohio con 26 atletas que contrajeron coronavirus sin síntomas o leves detallando que el 15% habían desarrollado miocarditis y que el 30% presentaba una lesión miocárdica previa.
Estos casos nos motivaron a consultar al especialista en cardiología Dr. Eduardo Giner (Mat. 10046) sobre los riesgos del COVID en la salud cardiovascular, qué tan frecuente es la afección cardiaca y cuándo es seguro volver a la actividad deportiva, luego de la infección viral.
En respuesta a la primera pregunta, el Dr. Giner destaca que el compromiso cardíaco es poco frecuente, en comparación con los síntomas respiratorios conocidos del virus. Sin embargo, hasta un 8% de los pacientes pueden presentar algún tipo de daño en el corazón, aumentando el riesgo cuanto más grave es el compromiso respiratorio. El compromiso cardiovascular puede ir desde inflamación muscular y del pericardio (tejido que recubre el corazón), arritmias de diferente gravedad, hasta cuadros severos de insuficiencia cardíaca.
Es por esto que se recomienda, luego de haber transcurrido la enfermedad, someterse a un exhaustivo examen cardiovascular, aumentando la complejidad de los estudios cuanto mayor haya sido la gravedad de la infección por Sars-Cov2.
Respecto al tiempo de inicio de la actividad física luego de la infección, existe consenso médico de que también es variable de acuerdo con el tipo de compromiso presente en la primoinfección:
- En los pacientes asintomáticos o con síntomas leves que presentan PCR positiva se recomienda reposo por dos semanas desde el test o desde la desaparición de los síntomas y retorno gradual a la actividad. Deben ser sometidos a evaluación médica y electrocardiograma en forma rutinaria.
- En pacientes positivos con síntomas moderados (falta de aire, disminución de la oxigenación tisular, fiebre prolongada) deben suspender la actividad hasta un mes posterior a la desaparición de los síntomas, regresando en forma gradual, idealmente en un programa de rehabilitación. Además, deben ser sometidos a evaluación médica, electrocardiograma, ecocardiograma y análisis de sangre antes de retomar la actividad.
- Cuando presentan cuadros respiratorios severos (pero sin compromiso cardíaco) deben guardar reposo entre un mes a tres meses desde la desaparición de los síntomas. Y se debe agregar estudios de mayor complejidad como resonancia cardíaca y tomografía de tórax.
- Por último, cuando existe afección cardíaca el reposo debe prolongarse hasta por 6 meses, y se debe reiniciar la actividad física luego de realizar un plan de rehabilitación cardiopulmonar controlado.
Sin embargo, menciona Giner, no se debe temer a la realización de actividad física, siempre bajo estas recomendaciones, ya que existe evidencia que la actividad física per se, resulta ser un factor protector contra formas graves de infección por Coronavirus. Además, la reanudación gradual de actividad física trae aparejada recuperación más rápida y con menos secuelas tanto en personas que hayan sido deportistas, previo al Covid, como en personas sedentarias.
En síntesis, la afección cardiovascular es poco frecuente tras la infección por coronavirus pero puede tener complicaciones graves a la hora de realizar actividad física por lo que se sugiere en todos los pacientes recuperados de COVID consensuar con su médico de cabecera (preferentemente un cardiólogo o deportólogo) el tiempo y la forma más segura de iniciar o retomar la actividad física.