La lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) continúa siendo una de las mayores preocupaciones de los pediatras en Argentina. Y es que, si bien la tasa de incidencia es variable, nuestro país continúa siendo el que más casos reporta en el mundo. Según la Sociedad Argentina de Pediatría, anualmente suelen presentarse 250 casos, con una estadística de afección de entre 10 a 12 niños por cada 100.000.
Lo que más inquieta a los profesionales es el daño de esta enfermedad, que actualmente no tiene tratamiento específico y que muchas veces requiere de un trasplante en los menores (por el deterioro que causa en el riñón). Por ello, los pediatras insisten en prevenir la afección con sencillas herramientas al alcance de todos.
Según la nefropediatra Mariana Kamariski, secretaria científica de la Sociedad Argentina de Pediatría (filial Mendoza), y parte del servicio de Nefrología del Hospital Notti (MP. 8315), la bacteria que desemboca esta enfermedad- Escherichia coli– ingresa al organismo por la ingesta de carne (especialmente mal cocida), o por otros alimentos que hayan estado en contacto con la materia fecal de la vaca (como leche no pasteurizada), verduras y frutas mal lavadas o aguas contaminadas. Por lo que dio como primera recomendación prestar atención a la cocción de las carnes y a la manipulación de los alimentos.
“Para asegurar una correcta cocción de la carne se sugiere llevar al fuego bajo 70° de calor y mirar que el color del alimento sea homogéneo (esto es, que no queden partes rojas). Hay que tener especial cuidado con las carnes picadas, ya que generalmente se cocina bien sólo la parte superficial. Por su parte, una correcta manipulación de alimentos implica utilizar diferentes cuchillos para cortar la carne cruda y la cocida (para no arrastrar bacterias de una a la otra); evitar el contacto de las carnes crudas con otros alimentos; lavar con agua y detergente cubiertos, utensilios y superficies de corte (como tablas y mesadas) luego de cortar carne cruda; lavarse las manos con agua tibia y jabón especialmente antes de comer o de procesar alimentos o carne cruda, luego de ir al baño o cambiar pañales; lavar con agua potable frutas y verduras (de no ser posible, agregar por litro de agua 2 gotas de lavandina esperando 30 min antes de utilizarla); y no guardar yogures o derivados consumidos parcialmente”, explicó la nefróloga.
Otras recomendaciones que dio la especialista fueron:
- Impedir que le expendan el pan sin guantes o luego de haber manipulado dinero;
- No comprar huevos que tengan su cáscara rota o sucia;
- Respetar la cadena de frío de todas las carnes;
- Consumir siempre productos pasteurizados;
- Al realizar las compras, comience por los productos envasados y deje para el final los perecederos como carnes, aves, pescados o productos lácteos;
- Si compra carne picada, prefiera la que fue procesada en el momento y consúmala inmediatamente;
- Controle las fechas de vencimiento de todos los productos;
- No compre alimentos preparados que se exhiban a temperatura ambiente;
- No vuelva a congelar un alimento que ya fue descongelado, pues ello favorece la contaminación con microorganismos y su posterior proliferación;
- Descongele el producto en la heladera y no a temperatura ambiente, o con una fuente de calor o bajo el chorro de la canilla. Asegúrese de que, antes de cocinar el alimento, se haya completado su descongelación, sobre todo cuando se trata de piezas grandes;
- Una vez que se cocinó el alimento consumirlo lo antes posible. Las sobras deben ser consumidas dentro de los 3 días;
- Guarde correctamente los alimentos: Evite colocar carne en los estantes superiores de la heladera de modo de prevenir que se derrame su jugo sobre otros alimentos; no guarde alimentos crudos juntos con cocidos; considere que los productos en la puerta de la heladera están a mayor temperatura; al abrir una lata de conserva, transfiera todo el contenido a un envase de vidrio o de plástico; nunca conserve el excedente en el envase original (lata);
- Consuma agua potable. Ante la duda, hervirla;
- Respete la prohibición de no bañarse en aguas contaminadas.
¿A qué síntomas prestar atención?
Según Kamariski, si se detectan signos como diarrea con sangre en niños sanos, palidez o dificultad para orinar, se debe consultar inmediatamente con un pediatra. Además, la Sociedad Argentina de Pediatría indica consultar ante la presencia de vómitos, dolor abdominal, fiebre, falta de apetito, decaimiento marcado, manchas rojas (como puntos en la piel) y hematomas.
Finalmente, la nefropediatra insistió en que la prevención es la única herramienta viable contra el SUH.