Una de las enfermedades más prevenibles en materia de salud es la principal causante de afectaciones en el cerebro, el corazón, los riñones y los ojos. Se trata de la hipertensión arterial, una patología crónica sub-diagnosticada por no tener síntomas. Entre sus principales causas figuran el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo, la alimentación no saludable, el consumo de sal y sodio en los alimentos y el tabaquismo. Y, pueden sumarse a los anteriores la edad, el sexo y la genética.
Según los especialistas, el hecho de no medir la tensión arterial al menos una vez al año es el principal motivo por el que se desconoce la existencia de presión alta, por lo que pedir la medición de los valores arteriales, sumado a una constancia de hábitos saludables, evitaría el desarrollo de esta y otras enfermedades.
Por ahora, sin embargo, 5 millones de argentinos desconoce padecer de hipertensión, patología que va en aumento. De acuerdo con Marcos Graña, jefe del servicio de Neurología del Hospital Santa Isabel de Hungría (Mat.), esta enfermedad es el principal factor de riesgo de sufrir una hemorragia cerebral no asociada a trauma: “Esto es debido al daño que produce la hipertensión crónica no tratada adecuadamente en las arterias cerebrales, incrementando el riesgo de rotura. Esta rotura lleva a un volcado de sangre al encéfalo”.
Según el doctor, un accidente cerebral hemorrágico constituye una emergencia médica que requiere una inmediata atención, ya que puede dejar secuelas en el paciente o matarlo, por lo que la prevención y el tratamiento temprano son fundamentales para evitar estos y otros problemas: “El volcado de sangre en el encéfalo produce daño neuronal, provocando dolor intenso y súbito de cabeza, vómitos, un déficit neurológico como trastornos para hablar y/o comprender, debilidad en un lado de cuerpo o en un miembro, dificultad en la coordinación, adormecimiento en uno o más sitios, pérdida de visión total o parcial en uno o ambos ojos, vértigo súbito, convulsiones. En un porcentaje importante de los casos se produce pérdida de conocimiento. La detección inmediata y pronta atención de estos cuadros permiten diagnosticarlos y tomar una serie de medidas que pueden disminuir las chances de fallecer (mortalidad del 40 al 60%), así como la eventual discapacidad”, detalló.
En consonancia con el profesional, la cardióloga Valentina Alonso, perteneciente al staff médico de Penta Medicina Cardiovascular (MP 11228), explicó que, si la hipertensión afecta a los vasos del cerebro dando algún evento de tipo isquémico (ataque), es muy probable que también se afecten de manera generalizada los vasos del corazón, del riñón, de los ojos y de extremidades inferiores.
¿Cómo prevenir y tratar la hipertensión arterial?
De acuerdo a la especialista, la hipertensión es prevenible y/o tratable:
- Bajando de peso si se está sobre el índice de masa corporal adecuado;
- Realizando ejercicio físico aeróbico de manera regular;
- Disminuyendo el consumo de sodio;
- Disminuyendo la cantidad de sal que se le agrega a las comidas;
- Mejorando los hábitos dietéticos.
Sumados a los consejos anteriores, Graña agregó:
- El cese de consumo de tabaco;
- La evitación del uso de drogas ilícitas;
- La evitación de la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas;
- Una adecuada higiene del sueño;
- La realización de controles periódicos de salud, principalmente después de los 40 años, destinados a poder detectar los factores de riesgo modificables (diabetes, aumento de colesterol, etc.)
Finalmente, según Alonso, si el paciente cumple con tales recomendaciones, se le puede disminuir el tratamiento farmacológico o indicar un medicamento que le ayude a estabilizar su presión, haciendo que sus órganos no se vean dañados.