Existen varios tipos de trastornos de la alimentación, entre los cuales la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón son los más conocidos. Estos están relacionados con la obsesión de una persona a tener un peso físico o una figura ideal haciendo graves desarreglos en la alimentación y generando, como corolario, graves consecuencias.
La permarexia, a diferencia de los problemas anteriores no ha sido calificada como un trastorno. Sin embargo, sus características son serias y podría funcionar como antesala de alguno de los problemas mencionados. De acuerdo con el psicólogo Juan Carlos D’Innocenzo (Mat.476), lo que varía y hace que preocupe la permarexia es el nivel de obsesividad o control que la persona tiene sobre el tema: “Una cosa es cuidarse, hacer una dieta, lo cual es normal, y el otro extremo, vivir un tanto obsesionado con el tema”.
Según el especialista, en la actualidad el cuerpo ha adquirido un lugar de preponderancia, por lo que hay que analizar en qué casos sólo se lo quiere cuidar y en qué casos puede haber un problema de fondo. “Este puede estar ligado a la inseguridad, al autoestima”, recalcó.
El problema suele verse marcadamente en adolescentes, quienes, de acuerdo a D’Innocenzo, pueden tener temor a engordar o a tener sobrepeso, condicionados por un entorno que busca la perfección corporal. Sin embargo, no son ellos quienes lo detectan, sino los padres: “La intensidad de las conductas es uno de los signos de permarexia. Por ejemplo, la persona va al supermercado y chequea todas las calorías de cada producto que compra. Otro puede ser baja autoestima y, en casos más severos de baja autoestima, depresión”, detalló el psicólogo.
Sumadas a las causas anteriores, la red de psicólogos y psiquiatras de Córdoba “Psicólogos Córdoba” señala factores de riesgo como el contexto familiar (presencia de conflictos entre los padres y crianza inapropiada, entre otros) y experiencias adversas que se presenten en la vida personal (por ejemplo, casos de abuso físico, sexual y psicológico).
Tratamiento
Para tratar la permarexia, el profesional explicó que se conforman equipos multidisciplinares que obtienen buenos resultados. De hecho, indicó que existen institutos especialmente dedicados a los trastornos alimentarios, donde se evalúa si el trastorno es leve, moderado o severo y, a partir de allí, intervienen psicólogos, nutricionistas, psiquiatras y clínicos (en caso de ser necesario): “Siempre se analiza el caso por sus particularidades y desde ese examen se planifica el tratamiento”, finalizó D’Innocenzo.