Un golpe de calor se produce cuando existe un aumento de la temperatura corporal por encima de los 40ºC y los mecanismos de regulación térmica con los que se cuenta se ven superados. Esto ocasiona alteraciones del funcionamiento de los diferentes órganos del cuerpo y pueden desencadenar fallo multiorgánico con consecuencias graves e irreversibles de no tratarse, según manifiestan la Dra. Mariana Paula Fachinelli (Mat. 6444) y el Dr. Fabricio Bravín (Mat. 12125), ambos parte del Departamento de Políticas Sociales para el Adulto Mayor de OSEP.
De acuerdo a los profesionales, los adultos mayores se encuentran especialmente susceptibles a padecer golpes de calor ya que generalmente presentan múltiples patologías, polifarmacia y un mecanismo de termo-regulación alterado. Esto hace que sea fundamental la prevención y el rápido reconocimiento del problema para así poder iniciar precozmente el tratamiento ante posibles daños ocasionados por el golpe de calor.
Los síntomas que indicaron y a los cuales se debe prestar atención son:
- Temperatura corporal elevada de 40º o superior, medida con termómetro;
- Alteración del estado mental o del comportamiento;
- Confusión;
- Agitación;
- Irritabilidad;
- Náuseas y vómitos;
- Piel enrojecida;
- Respiración acelerada;
- Frecuencia cardíaca acelerada;
- Dolor de cabeza.
Además, los doctores señalaron algunos cuidados de prevención que deben tener los adultos mayores y sus familiares:
- Beber abundante líquido (2 litros de agua por día);
- Llevar una dieta liviana con abundantes frutas y verduras crudas, ya que aportan minerales necesarios cuando aumenta la sudoración;
- Evitar el consumo de alcohol;
- No exponerse al sol en las horas pico;
- Permanecer en lugares frescos y mantener la vivienda protegida del calor;
- Usar ropa clara, liviana y holgada;
- No realizar actividad física en las horas de máxima temperatura. Esta actividad también debe ser controlada por profesionales de la salud.
“La ingesta de diuréticos debe estar controlada y supervisada por el profesional médico dado que pueden favorecen a la deshidratación. Y siempre se debe evitar la automedicación”, pidieron los especialistas.
Finalmente, la licenciada en psicología y gerontóloga Viviana Lasagni (Mat. 800) habló sobre algunas consideraciones que debe tener en cuenta la familia del adulto mayor, nombrando entre ellas el acceso inmediato a un médico; la constante hidratación (aún si no hay sed) y el cuidado ante la exposición a altas temperaturas. Estas indicaciones, según resaltó la encargada del programa de tercera edad, también se deben contemplar en las residencias geriátricas donde los adultos mayores por lo general dependen del cuidado de asistentes y especialistas. “La familia debe estar atenta en estos ámbitos para evitar riegos severos”, puntualizó Lasagni.