Las dificultades a las que puede enfrentarse un niño nacido antes de término son mucho más grandes que la que podría tener un niño nacido a las 40 semanas. Y es que el menor, con entre 28 y 35 semanas, aún no ha terminado de desarrollar sus órganos ni tampoco se ha preparado para salir de “la bolsa”.
Los riesgos son múltiples y deben atenderse efectivamente, a tiempo y de manera integral. Por ello, el cuidado interdisciplinario y de los papás a corto y largo plazo es condicionante en el desarrollo. En diálogo con la coordinadora del Programa de Atención Temprana de OSEP, Alejandra Capone (Mat. 1139), se obtuvieron algunas recomendaciones que deben tenerse en cuenta a la hora de cuidar a los niños pre-término.
Así, la licenciada habló de la importancia de los cuidados durante la primera infancia (periodo conformado desde el momento del nacimiento hasta los 7 años) por su lugar fundamental en el desarrollo y la adaptación: “La atención, desde que nace el bebé y durante su primera infancia, es fundamental para su desarrollo y adaptación. Ello dependerá de los cuidados especiales que se le dé al pequeño cuando nace, cuando está internado, en las consultas externas y en casa. Por ejemplo, en el parto y la internación se debe tener en cuenta la iluminación (por riesgo a retinopatías), los ruidos (como un factor que puede desencadenar hipoacusias), la sensibilidad de la cabecita del bebé, el traslado a la incubadora, las dificultades que puede tener para alimentarse, el monitoreo de sus signos. Pediatras, especialistas y enfermeros deben orientar a la familia para que puedan acompañar y facilitar el proceso del neonato. Y los padres tienen la posterior responsabilidad de comprometerse a visitar a los médicos que el pediatra de cabecera indique y de hacerlo constantemente (cada 3 meses o según señale el profesional)”.
En ese sentido, la doctora puso énfasis en el papel que juegan enfermeros, oculistas, fonoaudiólogos, fisioterapeutas, endocrinólogos y demás profesionales de la salud señalándolos como determinantes para la calidad de vida de ese pequeño: “Son ellos quienes evaluarán tempranamente la audición de otoemisiones acústicas (OEA), el control metabólico y otros estudios, además de ayudar al bebé con sus reflejos, estímulos y movimientos”. Además, indicó que serán ellos quienes ayuden a los papás a comprender los procesos y les brindaran recomendaciones para evitar la sobreprotección del prematuro.
Así mismo, Capone manifestó que los papás pueden atravesar el principio de los cuidados del neonato con algún psicólogo, para de esta manera reducir la frustración, el estrés y vincularse correctamente con su hijo: “Al haber una separación temprana del bebé con la mamá y no poder establecer mucho contacto, se produce un sentimiento de tristeza y culpabilidad importante en la mujer. Además, cuando el niño es dado de alta y trasladado al hogar, se produce una situación compleja en la que el menor puede no aceptar el alimento, dormir más que otros recién nacidos (lo cual es normal), generando miedos y frustraciones en sus padres”.
Finalmente, la coordinadora explicó que es necesaria la paciencia de los adultos y la visita constante a los profesionales de la salud para garantizar al prematuro un desarrollo normal: “Los resultados pueden verse claramente en los distintos procesos de la vida del niño, como cuando comienza a hablar, cuando comienza a gatear y a caminar, cuando empieza la escuela y debe memorizar o prestar atención”.
¿Qué conductas suele presentar el niño según su edad?
De acuerdo a Capone, los niños prematuros suelen tardar un tiempo más que los niños nacidos a término en presentar algunas conductas, por el hecho de haber necesitado un apoyo adicional en su desarrollo. En estos casos, indicó que se debe tener en cuenta la “edad corregida”, restándole a la edad que tiene el bebé las semanas que le faltaron para nacer a tiempo. Así, por ejemplo, si los bebés suelen pararse solos entre los 10 y 12 meses de nacidos y tu bebé tiene 30 semanas, podría demorar entre 8 a 10 semanas más en hacerlo.
Teniendo en cuenta tal criterio, desde el programa que coordina la doctora señalan que las conductas habituales de los niños, desde que nacen y hasta los tres años, son:
De 0 a 3 meses
- Fijar la mirada en la madre y responder con una mueca o sonrisa;
- Lograr sostener la cabeza;
- Demostrar gestualmente estados de placer o displacer.
De 4 a 6 meses
- Darse vuelta boca arriba o boca abajo;
- Llevarse las dos manos a la boca;
- Intentar tomar un objeto;
- Buscar la mirada del adulto, sonreír y gritar.
De 7 a 9 meses
- Sentarse solo, sin apoyo, y girar buscando objetos lejanos;
- Angustiarse frente a desconocidos y llorar cuando su madre no está (enojo, miedo, alegría, tristeza);
- Imitar sílabas, como ta-ta, pa-pa, ma-ma.
De 10 a 12 meses
- Arrodillarse, tomarse de un mueble y pararse;
- Responder cuando lo llaman por su nombre y decir sus primeras palabras;
- Imitar gestos (aplaudir, saludar)
- Reaccionar al “NO”.
Al año
- Caminar solo;
- Entender ordenes simples (dame la mano, hacé “ojito”);
- Emitir sonidos con significado y más de 20 palabras;
- Lograr comer solo.
Al año y medio
- Colaborar para vestirse y desvestirse;
- Comer solo;
- Reconocer y señalar partes de su cuerpo;
- Garabatear, buscar objetos iguales.
A los dos años
- Utilizar el “NO” gestual o verbal;
- Avisar que se hizo pis o caca;
- Decir frases de dos palabras;
- Jugar al lado de otros niños (a dar de comer, a hacer dormir los muñecos, a volar un avión);
- Decir su nombre o sobrenombre.
A los tres años
- Utilizar el MIO y el YO;
- Lograr control de esfínteres;
- Contar lo que le sucedió;
- Correr y esperar su turno para jugar o hablar.
¿Cuáles son los derechos de un niño nacido pre-término?
Según el Ministerio de Salud de la Nación y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), los pequeños prematuros y sus familias se encuentran amparados bajo 10 derechos esenciales que cada año se dan a conocer mediante acciones. Este año, las actividades se realizarán del 11 al 17 de noviembre a nivel nacional, promoviendo las siguientes garantías:
- La prematurez se puede prevenir, en muchos casos, por medio del control del embarazo al que tienen derecho todas las mujeres;
- Los recién nacidos prematuros tienen derecho a nacer y a ser atendidos en lugares adecuados;
- El recién nacido prematuro tiene derecho a recibir atención adecuada a sus necesidades, considerando sus semanas de gestación, su peso al nacer y sus características individuales. Cada paso en su tratamiento debe ser dado con visión de futuro;
- Los recién nacidos de parto prematuro tienen derecho a recibir cuidados de enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia;
- Los bebés nacidos de parto prematuro tienen derecho a ser alimentados con leche materna;
- Todo prematuro tiene derecho a la prevención de la ceguera por retinopatía del prematuro (ROP);
- Un niño recién nacido prematuro de alto riesgo debe acceder, luego del alta neonatal, a programas especiales de seguimiento;
- La familia de un recién nacido prematuro tiene pleno derecho a la información y a la participación en la toma de decisiones sobre su salud a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica;
- El recién nacido prematuro tiene derecho a ser acompañado por su familia todo el tiempo;
- Las personas que nacen de parto prematuro tienen el mismo derecho a la integración social que las que nacen a término.