Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe o se reduce el suministro de sangre que va a una parte del cerebro, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. En cuestión de minutos, las neuronas cerebrales empiezan a morir, por lo que la acción temprana es fundamental para reducir secuelas. Sin embargo, si no se conocen los signos y síntomas del ataque y no se previenen los factores de riesgo, el daño cerebral aumenta, al igual que el riesgo de discapacidad.
De acuerdo al neurólogo Sebastián Ianardi, perteneciente al staff médico del Hospital Lagomaggiore (Mat. 10490), la afectación puede llegar a distintas arterias y, dependiendo de cuál se vea obstruida, el paciente tendrá distintos síntomas. Según explicó, por lo general hay una arteria que se obstruye más y es la arteria cerebral media, manifestándose a través de: pérdida de la fuerza en cara, brazo y pierna del lado contralateral de donde se produjo la lesión; perdida de sensibilidad del lado contralateral y pérdida del habla (si el lado afectado es el dominante).
“Pero si lo que se obstruye es la arteria cerebral posterior (que es la segunda en frecuencia), los pacientes pueden tener en forma súbita mareos; vértigo; inestabilidad en la marcha; tendencia a las caídas y trastornos visuales (por lo general, pierde la visión hacia alguno de los campos)”, explicó el doctor.
Ahora bien, según el especialista, la afectación a largo plazo tampoco será la misma cuando se produzca un ACV isquémico o uno hemorrágico, más allá de que se manifiesten bajo los mismos síntomas, ya que en uno las arterias se ven obstruidas, mientras que en el otro se rompen los vasos. “Por eso, a todo paciente con accidente cerebrovascular se le tiene que pedir una tomografía de cerebro para ver si hay o no hay sangre”, detalló.
Al mismo tiempo, si un paciente tuvo un ACV y no se pudo revertir a tiempo, el neurólogo contó que es trabajo de los profesionales prevenir que no vuelva a ocurrir, estudiando los factores de riesgo en ese paciente (cigarrillo, diabetes, hipertensión, colesterol, sobrepeso, arritmias, drogas) y corrigiéndolos en mayor medida: “La rehabilitación ayuda muchísimo en estos casos, pero a veces queda una debilidad o secuelas en la movilidad o en el habla. Ello puede generar una depresión a largo plazo en los pacientes. Y, muchas lesiones cerebrales también pueden presentar, con el tiempo, fallas en la memoria (demencias vasculares)”.
Existen formas de evitar que queden secuelas o reducirlas a una mínima expresión comenzando por la acción temprana y la derivación a una unidad de Stroke: “Si se trata de un ACV isquémico, existe la posibilidad (dentro de las primeras 4 horas y media) de darle un fármaco al paciente, el cual disuelve el coágulo que está tapando la arteria y puede revertir el cuadro del afectado, quedando este sin ningún tipo de síntoma. Pero si cuando atendemos al paciente se ha pasado el tiempo de actuación, el tejido del cerebro ya se infartó y, por tanto, tenemos que accionar para minimizar el efecto del Ictus (previniendo y rehabilitando)”, especificó Ianardi.
¿Los ACV pueden aumentar la frecuencia de Alzheimer en el futuro?
Consultado sobre este tema, el doctor afirmó que es posible, ya que mientras más daños sufre el cerebro, los pacientes suelen aumentar la frecuencia de desarrollar Alzheimer a largo plazo: “Lo que hay que hacer también con pacientes que han sufrido Ictus es seguirlos en el tiempo, hacer test de memorias, etcétera. Si en algún momento aparece un cuadro de olvido, por ejemplo, tenemos que darle importancia porque hay mayores probabilidades en esta persona de sufrir demencia. Y también es importante distinguir a un paciente que tiene olvidos de un paciente que está deprimido. Muchas veces, cuando un paciente está deprimido porque tuvo un ACV, presenta problemas de memoria; falta de atención; falta de iniciativa. Y ahí se puede actuar con antidepresivos y con acompañamiento psicológico”.
¿Cuáles son los riesgos de sufrir más de un ACV?
Según el neurólogo, aquellas personas que padecen más de un episodio de accidente cerebrovascular tienen probabilidades de sumar discapacidades, ya que se trata de una nueva lesión. “Por supuesto que la rehabilitación puede ayudar, pero a medida que se sufren más lesiones las secuelas pueden ser más difíciles de recuperar”, declaró el profesional.
¿Qué factores de riesgo se pueden cambiar y cuáles no?
De acuerdo al sitio Medline Plus, algunos factores de riesgo de accidente cerebrovascular no se pueden cambiar, pero otros sí. “El hecho de cambiar factores de riesgo sobre los que usted tiene control le ayudará a llevar una vida más prolongada y saludable”, asegura.
Entre los que no se pueden cambiar, señala:
- La edad (El riesgo de accidente cerebrovascular aumenta con la edad);
- El sexo (Los hombres tienen un riesgo más alto de padecer una enfermedad del corazón que las mujeres, excepto en los adultos mayores);
- Los genes y la raza;
- Enfermedades tales como el cáncer, la enfermedad renal crónica y algunos tipos de artritis;
- Áreas débiles en una pared arterial o arterias y venas anormales;
- Embarazo.
Por el contrario, indica que son muchos más los factores sobre los que sí se puede actuar:
- No fumar;
- Controlar el colesterol a través de la alimentación, el ejercicio y los medicamentos, de ser necesario;
- Controlar la presión arterial alta a través de la alimentación, el ejercicio y los medicamentos, de ser necesario;
- Controlar la diabetes a través de la alimentación, el ejercicio y los medicamentos, de ser necesario;
- Realizar, al menos, 30 minutos de actividad física diaria;
- Mantenerse en un peso saludable. Consumir alimentos saludables, comer menos y vincularse a un programa de pérdida de peso si necesita adelgazar;
- Limitar la cantidad de alcohol que se bebe;
- No usar cocaína ni otras drogas recreativas.
Tratamiento
Finalmente, interrogado sobre el trabajo que se realiza con los pacientes que han tenido ACV, Ianardi contó que se trata de un tratamiento multidisciplinario, donde el afectado es tratado por distintos especialistas: “Por un lado, lo va a tener que seguir viendo el neurólogo, por supuesto. Por otro lado, va a haber que controlar todas las situaciones de riesgo que llevaron al paciente a tener la situación de ACV (como diabetes, hipertensión, colesterol, etc.). Dependiendo de estos, tendrá que ir al nutricionista, al diabetólogo, al clínico, dejar de fumar, tener un control cardiológico estricto. También, como dije antes, el paciente puede sufrir depresión o caída del ánimo, por lo que un seguimiento psicológico y/o psiquiátrico también ayuda. Y los pacientes requieren de terapia de rehabilitación con un kinesiólogo, por lo que también tendrá intervención este profesional. Si surge algún otro problema a corregir, actuará también otro especialista. Por eso es un tratamiento multidisciplinario”.