Hospitales, clínicas privadas y consultorios pediátricos han recibido en el último tiempo más consultas de las que comparativamente tuvieron el año pasado. Así lo contó la doctora María Mercedes de Casas, perteneciente al Centro Médico Chacras (CMC) (Mat. 10863). Según la misma, enfermedades del tracto respiratorio y consultas de pacientes con síntomas de alergias son las enfermedades con más demanda.
“Hay un rango etario que se ha visto más afectado, que va entre lactantes y menores de 4 años. Y si bien tiene que ver con estas enfermedades, también me parece que está relacionado con que hay más información respecto de la importancia de las consultas a tiempo a partir de una serie de síntomas”, manifestó.
Entre las enfermedades más frecuentes señaló las IRAB (Infecciones Respiratorias Agudas Bajas), donde hizo mención especial de la bronquiolitis (infección pulmonar común en bebés y niños pequeños). Según el sitio Mayo Clinic, causa inflamación y congestión en las vías respiratorias pequeñas (bronquiolos) del pulmón. “Casi siempre, la causa de la bronquiolitis es un virus. Normalmente, el pico de la bronquiolitis es durante los meses de invierno”, asegura.
Por su parte, niños más grandes suelen presentar catarros de vía aérea, comunicó la doctora Romina Bustelo, médica pediatra en el staff del CMC (Mat. 10613). De acuerdo al portal señalado, estos se suelen contagiar a través de la tos, los estornudos, por dar la mano, por saliva y/o por contacto con superficies contaminadas (como mantas y picaportes).
Signos de alarma
Ambas especialistas señalaron que los progenitores deben estar alerta ante los siguientes indicadores:
- dificultad para respirar, en la que se incluye respiración más acelerada o con uso de músculos accesorios;
- decaimiento;
- fiebre;
- vómitos;
- rechazo del alimento;
- erupciones en la piel; y/o
- en algunos casos, irritabilidad.
Sin embargo, explicaron que “no es aconsejable llevar a los niños pequeños a las guardias cuando están enfermos pero su estado general es bueno, es decir, respiran sin dificultad; comen; juegan; se los ve decaídos, pero activos. Y en niños mayores que han tenido 1 o pocos registros febriles pero continúan alimentándose y jugando, tampoco”.
“Lo recomendable y conveniente es que sea evaluado por su pediatra de cabecera, evitando contagios cruzados y largas esperas”, recalcó Mercedes de Casas.
Tranquilidad para los papás
Frente a la situación de enfermedad de los menores, es habitual y comprensible la preocupación de los progenitores. Ante la duda, ambas especialistas coincidieron en que lo mejor es mantener contacto cercano con el pediatra en consultorio y no saltarse controles ni vacunas. “En los controles habituales de niño sano siempre explicamos las pautas de alarma y de consulta inmediata. Damos información y prevención primaria de la salud y accesibilidad a una consulta”.