Está comprobado médicamente que una mala nutrición puede reducir la inmunidad, volvernos más vulnerables a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad. Las cifras ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el año 2016 son alarmantes debido a que 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos, estaríamos hablando de un porcentaje de 39% de personas en sobrepeso y 13% de personas en obesidad, para un total de un 42% de la población adulta mundial en desequilibrio por exceso.
Nunca más importante que entender la importancia que una buena nutrición tiene en nuestra vida y, para ello, recurrir a quienes se han preparado para saber qué es lo mejor para cada persona en particular: los nutricionistas.
Este 11 de agosto se celebra el día del nutricionista en honor al cumpleaños de Pedro Escudero, médico argentino que, preocupado por la alimentación de los habitantes de este país y de América Latina en general, impulsó la nutrición, destacando por ser el creador, en la década de 1930, de la carrera especializada en esa área y por formar la actual Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires.
Volvamos ahora a la importancia de una buena nutrición. Las evidencias científicas señalan al exceso de grasas saturadas, el azúcar, la sal y el alcohol, como variables cuyo consumo debe moderarse, en la actualidad se observa un incremento de diversas enfermedades crónicas no transmisibles, tales como hipertensión, diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares, entre otras; debido a la ingesta desequilibrada de los mismos.
Pero ¿qué entienden los argentinos por alimentación saludable? ¿Cuáles son los alimentos que consideran que forman parte de esta categoría? ¿Qué eligen a la hora de comer en los diferentes momentos del día? Para despejar estos interrogantes, una serie de estudios realizados entre 2017 y 2018 por Kantar TNS Gallup, Ejes de Comunicación y un panel de consumidores de Grupo Arcor investigó los hábitos de consumo de nuestro país.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el concepto de salud como el estado de bienestar físico, psíquico y emocional, el 39% de los argentinos asocia la salud a la ausencia de enfermedades y sólo el 5% considera que para adoptar hábitos de vida saludables es necesario tener una alimentación balanceada y realizar alguna actividad deportiva.
¿Qué debería incluir esa dieta balanceada?
Todos los consumidores encuestados sostuvieron que una dieta equilibrada tiene que contener frutas y verduras y 9 de cada 10 indicaron que las carnes, el pollo y el pescado, las legumbres, los cereales y los lácteos. Además, el 76% consideró que podía sumar una golosina y/o un chocolate una vez por día.
¿Qué alimentos son los preferidos en estas comidas?
- Las infusiones (mate y café) y la leche son protagonistas en el desayuno.
- La carne (en formato de bife o milanesa) es el plato principal en el almuerzo.
- Al momento de comparar entre el desayuno y la merienda, ésta segunda es más indulgente y en ella se prefieren las galletitas por encima del pan lactal.
- En la cena, aparecen nuevamente las carnes como plato principal, y en segundo lugar se encuentran las pastas y pizzas o empanadas.
- En cuanto a las colaciones que se consumen a lo largo del día, a media mañana toman relevancia las barritas de cereal, el yogurt y las frutas. A media tarde, lo hacen los jugos y las frutas.
- Antes de la cena, los preferidos son los snacks salados. Y antes de acostarse, 3 de cada 10 argentinos consume un chocolate, especialmente durante los meses de invierno.
La opinión de los profesionales
“Lo que determina una alimentación saludable es el patrón global de conductas que pone en juego, es decir, el volumen, la variedad, perfil nutricional y la frecuencia de ingesta. En este sentido, todo alimento puede ser parte de una alimentación saludable, siempre que sea consumido con moderación y combinado con actividad física”, explica Mónica Katz, Médica Especializada en Nutrición, Directora de la Diplomatura en Obesidad de la Universidad Favaloro y Coordinadora del Grupo Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición.
Pero también es importante desterrar algunos mitos que giran alrededor de ciertos alimentos. “Que las harinas engordan, que los productos integrales adelgazan, que la dieta saludable es más cara, que el alcohol fija las grasas, que para estar bien alimentado hay que comer mucha carne o que lo orgánico es más saludable son algunas de las creencias que se asumen como verdades y que no permiten realizar elecciones inteligentes”, aclara el Dr. Alberto Cormillot, médico y Director del Centro Municipal de Obesidad y Enfermedades Metabólicas de Malvinas Argentinas.
Alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y toda la energía que cada persona necesita para mantenerse sana. “Una alimentación variada asegura la incorporación y aprovechamiento de todos los nutrientes que necesitamos para crecer y vivir saludablemente e incluye todo tipo de alimentos, aunque en términos generales, se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras, cereales integrales, legumbres y reducir la ingesta de azúcares, grasas y sal, y moderar el consumo de alcohol”, indica Patricia Souza (M.N. 5867), Licenciada en Nutrición del Servicio de Alimentación del Hospital Alemán.
El plan perfecto
Los especialistas están de acuerdo en señalar que no hay alimentos perfectos -ni mucho menos imperfectos- y que una buena guía para asegurar una ingesta saludable es hacer cada vez más compras en la verdulería y priorizar los alimentos naturales por encima de los envasados.
La información que figura en las etiquetas de los productos también es otro indicador que puede ayudar a elegir adecuadamente. “Muchos creen que mirar las calorías que tiene un producto es lo más importante, pero la verdad es que las calorías sólo nos indican la cantidad de energía que un alimento aporta pero no detalla la calidad de esa energía. No sólo hay que considerar cuántas calorías aporta un determinado alimento sino que es clave tener en cuenta su densidad nutricional, es decir, los nutrientes que estamos incorporando con su consumo”, explica la nutricionista y dietista Andrea Purita.
Educar también forma parte en la incorporación de hábitos saludables. Los hábitos que se aprenden en la infancia, se mantienen para toda la vida. El sabor dulce es el primer sabor reconocido por los más pequeños. Esta atracción va disminuyendo gradualmente a lo largo de la infancia y es entonces cuando la educación alimentaria es clave.
En ellos especialmente el desayuno es la comida más importante del día. Es necesario para recargar el cuerpo y la mente de energía luego de una noche de descanso – algunos pueden haber pasado hasta 12 horas sin comer-. “Desayuno literalmente indica que es la comida que nos saca del ayuno. Mientras dormimos, nuestro metabolismo trabaja más lentamente. Para ponerse en marcha al comenzar el día, el cuerpo necesita activar los músculos y el cerebro con un combustible que es el desayuno. Desayunar es bueno porque ayuda a los niños a tener un mejor rendimiento intelectual y físico, hace que lleguemos con menos hambre a la siguiente comida y ayuda a cubrir los requerimientos nutricionales del día”, concluye Martina Murmis, Martina es Licenciada en Nutrición (MN 7453) de Nestlé.