Las muertes por monóxido de carbono se incrementan año a año en Argentina, en una trágica estadística que parece crecer año tras año a pesar de las campañas de concientización que se llevan a cabo.
El Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación contabilizó 976 intoxicados con monóxido de carbono durante 2017.
En Mendoza, los calefones instantáneos son la principal causa de intoxicación y muerte por este gas letal. En su mayoría, las muertes por monóxido están relacionadas con instalaciones defectuosas, antirreglamentarias y con desplazamientos o ausencia de los conductos de ventilación de calefones (chimeneas).
¿Qué sentimos cuando nos estamos intoxicando con monóxido?
Los síntomas iniciales de la intoxicación por monóxido de carbono se pueden confundir con los de la gripe o con los de una intoxicación alimentaria.
Entre ellos, dolor de cabeza, cansancio, debilidad, sueño, náuseas y vómitos y diarrea.
Dependiendo del tiempo que pasemos en un ambiente con monóxido, y de la concentración del gas en el aire, a los síntomas ya descritos se le suman otros más graves como inconsciencia, respiración débil e irregular, temperatura corporal baja, convulsiones, pulso lento e irregular y presión arterial baja.
Seguí leyendo, te indicamos cómo actuar en estos casos.
Cómo darnos cuenta si un artefacto no funciona bien
Los calefones instantáneos y las calderas a gas para calefacción central son la principal fuente de intoxicaciones graves con este gas que es inodoro, incoloro e insípido y que además no irrita la nariz ni los ojos. Al aumento del uso de estos artefactos se suma el cierre de puertas y ventanas que impiden la normal ventilación.
Aunque no podemos confiar en la percepción para detectar la presencia del veneno en el ambiente, existen indicios que pueden levantar las sospechas y alertarnos sobre lo que está sucediendo.
La coloración amarilla o naranja de la llama en lugar de azul, la aparición de manchas, tiznado o decoloración de los artefactos y sus conductos de evacuación o las paredes del entorno serían las señales de alarma.
Las fuentes más comunes de producción de monóxido son los braseros, calefones (instalados en baños o con tirajes inadecuados), hornos y estufas mal calibradas. Según las estadísticas oficiales de Salud de Mendoza, los calefones instantáneos son la principal causa de intoxicaciones por monóxido de carbono.
Por eso es fundamental que los caños de ventilación de todos los artefactos estén correctamente colocados, sin obstrucciones ni desconexiones temporarias. Además, conviene realizar un mantenimiento anual, que también ahorrará energía.
Si bien debemos intentar no usar braseros, en caso de prenderlos el ambiente deberá estar muy ventilado. Estamos hablando de tener una ventana abierta o bien que haya corriente de aire dentro de la casa; de este modo, se evitará la acumulación de este gas letal en la vivienda.
Qué hacer ante una intoxicación
– Ventilar inmediatamente el ambiente contaminado.
– Retirar a las personas expuestas al exterior de la vivienda, previo a ventilar el ambiente antes de ingresar para no ser afectados por el mismo gas.
– Llamar al 911, de emergencias, para su correcta atención y tratamiento. También se puede trasladar al intoxicado al centro médico más próximo, con urgencia. Allí se deberá proveer oxígeno al 100%, principal antídoto para este tipo de intoxicación.
– Si los intoxicados están inconscientes acuéstelos de costado (posición lateral de seguridad), mientras espera la llegada de la ambulancia.
–No suministre nada por boca.
Consejos básicos para prevenir intoxicaciones
– Está prohibido el uso de cualquier artefacto que no sea de tiro balanceado en dormitorios y baños.
– Nunca dormir con estufas prendidas, salvo las que son de tiro balanceado.
– Verificar que no estén obstruidos los conductores o rejillas de ventilación.
– Mantener siempre algún ambiente ventilado. Dejar al menos 10 centímetros abierta una ventana.
– Revisar una vez por año por un gasista matriculado todo tipo de estufas, catalíticas, pantallas infrarrojas y salidas al exterior de aparatos calefactores.
– Usar sólo artefactos con salida al exterior.
– Evitar el uso de braseros o estufas a querosén. Si no se puede hacer, apagarlo antes de dormir.
– Nunca usar hornallas o el horno para calefaccionar. Es preferible abrigarse con más ropa.
– Al encender el automóvil verificar que el garaje esté ventilado.
– Cuando se usan grupos electrógenos, deben colocarse al aire libre y no dentro del domicilio.