La sobre exposición al sol, frecuente y repetida, es una de las principales causas del cáncer de piel. Por eso, protegernos tanto de los rayos UVA (responsables del envejecimiento prematuro de la piel) como de los UVB (cuya radiación penetra las capas celulares más profundas de la epidermis y provoca quemaduras) es la mejor medida de prevención. Detectado a tiempo, aseguran los expertos, el 90 por ciento de los casos de cáncer de piel puede ser tratado.
Sobre este tema, del que las personas en general conocen muy poco, pero que afecta al tejido más extenso que tiene el ser humano y que es la piel, DIARIO SALUD dialogó con la Dra. Florencia Galdeano, dermatóloga, médica de planta del Hospital Notti y especialista del Centro Médico Chacras.
Lo primero que surge de la charla con ella es la importancia de la prevención, y es por ello que hay fechas importantes a tener en cuenta como que Junio es un mes importante en la prevención del cáncer de piel. En tanto que cada año, la Sociedad Argentina de Dermatología dedica una semana de concientización por este tipo de cáncer. En este 2018 se realizará la 25a. Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel, y tendrá lugar entre el 19 y 23 de noviembre. “Durante esa semana se realizan, en todo el país, distintas actividades como revisiones a pacientes con distintos dermatólogos y se chequean lunares de manera gratuita en hospitales. En Mendoza se realiza en el Hospital Central, Lagomaggiore, Español, por ejemplo”, apunta Galdeano.
En nuestra entrevista intentamos ahondar en los aspectos básicos que todos deberíamos conocer del cáncer de piel, y cómo prevenirlo.
DS- ¿Qué es el cáncer de piel? ¿Qué tipos existen?
FG- Hay muchos tipos de cáncer de piel, pero existen tres -que son los más comunes- a los que se apunta como prevención primaria de la salud. Un aspecto que hay que tener en cuenta es que todos dependen del sol.
El primero de esos tres tipos de cáncer de piel, a considerar, es el melanoma. Este es el más agresivo y es el que deriva generalmente de los lunares; el segundo es el espinocelular que se da en áreas del cuerpo muy expuestas al sol; al igual que el tercero que es el basocelular.
De los tres, el más común y que más se detecta, es el basocelular, que es el menos agresivo. Generalmente tiene un excelente pronóstico y su tratamiento es solamente quirúrgico, no es necesario hacer luego radioterapia, ni quimioterapia.
DS – ¿Qué síntomas son aquellos que es posible marcar y que deberían llamarnos la atención?
FG- En línea general, siempre le digo a los pacientes que algo que no cura, no es bueno, hay que hacérselo ver. Por que, por ejemplo, la historia del basocelular, que es el que es más frecuente, aparece en la piel como un “grano”, una lesión que puede ser muy pequeña. Muchas veces en la punta de la nariz, en el labio, en los cachetes o en la frente, que son las zonas más expuestas al sol.
Cuando un paciente va a consultar, normalmente es porque esa lesión o granito le ha comenzado a sangrar. Pero lo que realmente le tendría que llamar la atención es que, durante meses, esa lesión no sanaba. Ese es el primer síntoma para ir a la consulta de inmediato.
DS- ¿Qué lunares son los que deben resultarnos sospechosos como para ir a una consulta?
FG- En este sentido, lo que le explicamos a los pacientes es el ABC de los lunares, una forma de detectar si se está transformando en maligno. “A” significa asimetría (esto no es bueno); “B” que los bordes sean irregulares; “C”, que el color sea heterogéneo, u homogéneo pero negro intenso como si fuera alquitrán. La “D” es el diámetro donde el punto de corte es de 6 mm.
Lo importante es que si el lunar se agranda, se pone irregular, si toma cuerpo, sangra o se lastima conviene ir a la consulta con el dermatólogo. También un síntoma a tener en cuenta es cuando la persona comienza a “sentir” el lunar. Se siente como un cuerpo sólido, algo que está pegado al cuerpo, y eso nos debe llamar la atención.
DS- ¿Una persona con muchos lunares tiene predisposición especial a padecer algún tipo de problema en la piel?
FG- Cuando un paciente tiene muchos lunares -en cantidad y “raros”- se le denomina Síndrome Nevo Displásico. Esa persona, estadísticamente, tiene más posibilidades de padecer cáncer de piel y es muy conveniente que tengan un dermatólogo de confianza ya que se les enseña a realizar un autoexamen y deben llevar un control anual con el dermatólogo.
DS- Cómo se trata el cáncer de piel
FG- Son distintos dependiendo del tipo de cáncer. Para el basocelular el tratamiento es quirúrgico. Para el espinocelular, antes de la cirugía se realiza quimioterapia, porque suele tener un alto porcentaje de metástasis. En el caso del melanoma hay que saber que es altamente metastásico (cuando se disemina y afecta otros órganos); hasta el momento no hay quimioterapia efectiva, por eso, la prevención es muy importante.
A nivel prevención el consejo más importante sería controlarse una vez al año con un dermatólogo, y si se tiene lunares raros, acudir hacer la consulta inmediata. Hay que hacer mucho hincapié en los métodos de protección solar, esto es, con filtros solares (siempre mayor a factor 30) y también tener en cuenta métodos físicos, como protegerse con gorra, sombrilla, no exponerse en el peor horario de radiación (de 11 a 17) al sol.
DS- ¿Cuál es la realidad del cáncer de piel en Mendoza? ¿Qué incidencia tiene?
FG- En Mendoza tenemos un gran factor en contra que es la altitud. No es igual la radiación que recibimos los mendocinos que, por ejemplo, quienes viven en Buenos Aires. Otro factor negativo es que en Mendoza tenemos un 80% o más de días soleados, ya que las nubes son un atenuante que ayudan a filtrar la radiación UVA, que es nociva.
Y, por último, el mendocino tiene una costumbre que no es buena: se cuida durante todo el año, tal vez por el clima de montaña, y durante el verano se sobreexpone al sol de pronto. Eso provoca quemaduras en la piel, lo cual es malo. El antecedente de quemaduras con ampollas se toma como riesgo de cáncer de piel.
Como aprendizaje general vale decir que aquellos lunares, manchas o llagas, que nos aparecen en la piel y parecen “no curar” o duelen, deben ser revisados de inmediato por un dermatólogo. El consejo de la Dra. Florencia Galdeano es básicamente ese, reconocer el ABC de los lunares y tener en claro que si algo “no cura, no es bueno”.