Según la Asociación Española contra el cáncer, un fumador sólo aspira el 15% del humo del cigarrillo que fuma, es decir, que el otro 85% lo expulsa, dejando expuestas a las personas que lo rodean y convirtiéndolas en lo que se conoce como fumadores pasivos (quienes no fuman directamente).
O sea que no solo los fumadores son los afectados. Por el contrario, estudios han demostrado que los más perjudicados son los que se encuentran cerca de ellos, que también pueden desarrollar daños en su organismo. En este sentido los niños, recién nacidos y gestantes, cuyo desarrollo cerebral y organismos se encuentran en formación, son los más vulnerables.
Un estudio de la OMS (Organización Mundial de Salud) sostiene que el humo de un cigarrillo contiene aproximadamente 4000 productos químicos. De ellos: 250 son nocivos para la salud y más de 50 podrían producirnos cáncer en el futuro.
Sin embargo, ¿Cómo llega a afectar esto a quien no fuma? Está comprobado que el humo que produce un cigarrillo encendido resulta más tóxico que aquel que el fumador consume. Es decir, quienes resultan más perjudicados son aquellos que se encuentran cerca del fumador.
Existen investigaciones que demuestran el fallecimiento de bebés lactantes a causa del tabaquismo por parte de los padres. Mientras que los niños de mayor edad expuestos a este humo nocivo, podrían padecer de otitis, enfermedades respiratorias e incluso tener tendencia a convertirse en fumadores frecuentes al alcanzar la adolescencia –debido a la adicción que causa la nicotina-.
Las mujeres embarazadas que sean fumadoras pasivas tienen el riesgo de tener bebés prematuros, con malformaciones o con muy bajo peso.
Las sustancias nocivas del cigarrillo pueden ocasionar en las mujeres envejecimiento prematuro, osteoporosis, infertilidad, hijos con retardo de crecimiento y desencadenar partos prematuros. “Si la madre del niño es fumadora, la nicotina pasa al niño a través de la leche materna”.
Para no llegar a ser un fumador pasivo:
- Evita estar en lugares cerrados donde hayan fumadores.
- Frecuenta o mantente rodeado de personas que no tengan el hábito de fumar.
- Si estás acompañado de alguien que tiene el hábito de fumar, explícale que no deseas que fume al estar cerca de ti.
- Sea que un familiar que viva contigo tenga este mal hábito, dile las consecuencias del humo del cigarro y hazle saber que no deseas este mal. Por otro lado, si insiste en hacerlo incrementa la ventilación del hogar y coloca extractores de humo.
- Escoge lugares al aire libre preferiblemente, cuando estés fuera de casa.