La diabetes gestacional suele aparecer entre la semana 24 y 28 del embarazo. Es cuando la placenta, genera hormonas para el desarrollo del bebé, y las hormonas producen un bloqueo de la acción de la insulina de la mujer, lo que se llama “resistencia a la insulina”, produciendo niveles más altos de glucosa en sangre (hiperglucemia), elevando el riesgo de tener complicaciones en el embarazo y en el parto. Por lo general, suele desaparecer después del nacimiento del bebé.
La diabetes gestacional afecta a 1 de cada 10 mujeres embarazadas y cuando aparece, el cuerpo del bebé ya se encuentra formado, aunque aún le falta crecimiento. Por lo que esta diabetes no produce defectos de nacimiento, como puede suceder en bebés de mujeres diabéticas antes del embarazo. Se detecta mediante los análisis de rutina que se le piden a la mujer embarazada durante el control prenatal.
“La diabetes gestacional se inicia cuando el cuerpo no puede producir ni utilizar toda la insulina que necesita para el embarazo”, explica el médico diabetólogo Daniel Dionisi. “El nivel de glucosa subirá porque se acumula en la sangre; esto se llama hiperglucemia”.
“La diabetes gestacional no tratada o mal controlada puede hacerle daño al bebé -apuntó Dionisi-. Cuando una paciente tiene diabetes gestacional, el páncreas funciona horas adicionales para producir insulina, pero la insulina no baja el nivel de glucosa de la sangre. Aunque la insulina no cruza la placenta, la glucosa y otros nutrientes sí lo hacen. La glucosa adicional en la sangre atraviesa la placenta, lo que hace que el bebé tenga un alto nivel de glucosa”.
En la mayoría de los casos, este tipo de diabetes desaparece cuando el bebé nace, pero una vez que una mujer embarazada tuvo diabetes gestacional, posee más riesgo de que aparezca en otros embarazos y también de desarrollar diabetes tipo 2 en un futuro.
Algunos de los factores de riesgo son:
- mujeres con sobrepeso u obesidad al momento de comenzar el embarazo
- haber tenido diabetes gestacional en embarazo anterior
- antecedentes de diabetes en la familia
- antecedentes de macrosomía fetal (cuando el hijo nace con un peso superior a 4kg)
- edad de la madre mayor a 35 años
- tener antecedentes de ovario poliquístico.
En la madre puede producir las siguientes complicaciones: pérdida de embarazo, hipertensión arterial en el embarazo, partos complicados en casos de bebés muy grandes, parto prematuro, diabetes en el posparto.
Y en el bebé, patologías como prematurez, macrosomía (peso excesivo), lesiones durante el parto, hipoxia (falta de oxígeno) durante el parto, mala regulación de su metabolismo luego del nacimiento , amento de la bilirrubina, (el pigmento que pone “amarillos” a algunos recién nacidos), a veces, necesidad de internación neonatal.
Cómo hacer frente a la diabetes gestacional: cuidados
Una vez que se diagnostica, algunas mujeres pueden necesitar medicación, pero es esencial seguir una dieta adecuada libre de carbohidratos, balanceada y evitando los productos azucarados. Si el médico lo permite, también disminuye los niveles de azúcar en la sangre realizar una actividad física.
- Permanente visita al médico y controles.
- Seguir una dieta balanceada. Es recomendable consultar a un nutricionista, quien podrá ayudar a desarrollar un plan de comidas específico, de acuerdo a la altura,
peso y nivel de actividad de cada mujer. La dieta tendrá que contener el equilibrio correcto de proteínas, grasas y carbohidratos, al tiempo que debe proporcionar la
cantidad adecuada de vitaminas, minerales y calorías. - Hacer ejercicio físico. Los estudios muestran que el ejercicio moderado ayuda al cuerpo a procesar la glucosa y hace que los niveles de azúcar en la sangre estén en su nivel adecuado. Caminar o nadar todos los días durante 30 minutos, ayuda a controlar la diabetes gestacional.
- Tener un control durante el embarazo es muy importante. Dependiendo de los resultados, el obstetra practicará pruebas para seguir los niveles de la glucemia en la sangre y la glucosa.