Como parte de la Semana Mundial de la Lactancia Materna (LM), en 2017 se trabajó en concientizar acerca del impacto que tiene la LM para lograr los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) que los gobiernos del mundo acordaron alcanzar para el año 2030.
La Lactancia Materna una clave para valorar nuestro bienestar desde el principio de la vida, respetarnos unos a otros y cuidar el mundo que compartimos.
Si bien las tasas de lactancia aumentaron hacia fines del siglo XX, en los últimas dos décadas se estancaron. Hoy sólo el 37% de los menores de seis meses tienen la LM exclusiva en los países de medianos y bajos ingresos.
De acuerdo con este trabajo realizado por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la Lactancia Materna se relaciona con los Objetivos del Desarrollo Sostenible a través de cinco grandes áreas:
La desnutrición subyace en el 45% de las muertes en menores de 5 años y no amamantar se asocia con pérdidas de más de $300.000 millones de dólares anuales y genera un gasto anual de $54.000 millones de dólares en fórmulas infantiles.
Durante los primeros 1.000 días, desde la concepción hasta los dos años de vida, existe una oportunidad para disminuir la desnutrición con la promoción de la LM en forma exclusiva hasta el sexto mes y luego continuada hasta los dos años o más, según la indicación de OMS/Unicef.
La LM contribuye a la disminución de la pobreza ya que está disponible para todos los niños y niñas y no representa una carga para el presupuesto familiar. Proporciona nutrientes de alta calidad, ayudando a prevenir el hambre, el sobrepeso y la obesidad, y representa seguridad alimentaria para la niñez. Mejora la salud y el bienestar de los lactantes y sus madres a corto y a largo plazo por ser una fuente de nutrición sostenible.
La LM y la alimentación complementaria adecuada y saludable son fundamentales para el desarrollo cognitivo y garantizan el aprendizaje. Ayuda a disminuir las desigualdades, debe ser promovida y apoyada para que pueda ser lograda por todas las mujeres especialmente aquellas en situaciones de vulnerabilidad y pobreza.
En las ciudades y comunidades sostenibles, las madres lactantes y sus bebés son bienvenidos en todos los espacios públicos. En situaciones de desastres y crisis humanitarias la lactancia debe ser especialmente apoyada.
La leche materna es un alimento natural y renovable, ambientalmente seguro, no contaminante y que no deja residuos. La LM es ecológica ya que no genera gases de efecto invernadero y brinda toda el agua que el bebé necesita, aún en latitudes cálidas. A diferencia de las fórmulas infantiles que requieren agua potable, higiene y saneamiento ambiental para su preparación, y generan enormes cantidades de gases de efecto invernadero y desechos plásticos.
Amamantar requiere muy baja energía a diferencia de la preparación de las fórmulas que utiliza grandes cantidades de energía y combustible proveniente del petróleo para su comercialización, distribución y preparación, además del uso de plásticos de tetinas, biberones, envoltorios plásticos, empaquetados y enlatados.
Amamantar permite la transición de una economía basada en el petróleo a otra baja en Carbono. Garantiza la conservación de la vida marina y la salud de los mares debido a la disminución de desechos y salvaguarda al planeta del cambio climático y el calentamiento global.
En países en desarrollo, 830 millones de mujeres no gozan de empleo protegido y son mal remuneradas. Con la vuelta al trabajo luego del parto, caen las tasas de lactancia, los niños se enferman más, lo que provoca mayor ausentismo laboral y caída de la productividad, lo cual
también genera mayor gasto social en fórmulas infantiles y gastos médicos.
La LM garantiza la equidad desde el comienzo de la vida, ofreciéndole a cada niña o niño un comienzo justo. Es también un derecho de las mujeres que debe ser apoyado por la sociedad.
Las mujeres deben contar con políticas laborales para que puedan compatibilizar su vida productiva y reproductiva y sean apoyadas por sus empleadores para combinar la lactancia con su empleo, contando con licencias por maternidad, jornadas laborales reducidas y espacios amigos de la lactancia en sus áreas de trabajo. También deben ser apoyadas por la comunidad y sus familias contando con espacios para el cuidado infantil. Los empleos dignos atienden las situaciones de las mujeres que amamantan.
El potencial de cada niña o niño sólo puede lograrse si se respetan sus derechos cabalmente. Deben garantizarse los derechos de las mujeres para reducir las desigualdades de género. La LM está contemplada en todas las convenciones de Derechos Humanos.
Para mejorar las tasas de LM se deben mejorar las políticas públicas, la educación de la comunidad y el cumplimiento del Código Internacional de Sucedáneos de la Leche Materna, para frenar la comercialización desmedida y la publicidad engañosa, y se deben fomentar las Alianzas multisectoriales, las Iniciativas y los Programas que protejan y promuevan la Lactancia Materna.