Debido a que la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica es una causa importante de morbimortalidad en todo el mundo y que la OMS prevé que para el 2030 esta dolencia se habrá convertido en la tercera causa más importante de mortalidad mundial, se fijó un día mundial en noviembre para tomar conciencia de sus efectos.
Esta fecha intenta promover una más profunda comprensión de la enfermedad y una mejor atención a los pacientes, como así también su prevención a partir de desalentar el consumo de tabaco y cuidar el medio ambiente.
Esta enfermedad frecuente e invalidante, poco conocida por la población, es la consecuencia directa del consumo de tabaco, ya sea en forma directa o como fumador pasivo. También la pueden padecer los que están expuestos al humo de combustión de biomasa (leña, basura).
Caracterizada por anormalidades en los flujos espiratorios (es decir obstrucción a la salida del aire de los pulmones) que no se modifican mucho con el pasar del tiempo, esta enfermedad se manifiesta por tos y expectoración persistente por largos periodos de tiempo (la llamada por la gente tos del fumador). Posteriormente, tras años aparece disnea (falta de aire) y obstrucción bronquial (silbidos en el pecho).
En sus comienzos la enfermedad puede cursar asintomática, y solo ser detectada por estudios complementarios como la espirometría (estudio que mide en forma simple los volúmenes y flujos de aire de los pulmones), lo que le hace creer al paciente que no tiene enfermedad y puede seguir fumando.
El diagnóstico de la enfermedad se puede realizar incluso antes de tener síntomas importantes por medio de la espirometría (medición de volúmenes pulmonares).
Es importante recordar que el tabaco, además de esta enfermedad es el responsable de muchas otras, que incluyen infarto de miocardio, trastornos circulatorios, aumento de infecciones respiratorias, cáncer de pulmón y de otros órganos.
Enfermedad progresiva e irreversible, sucede luego de fumar por muchos años, en relación con la cantidad de cigarrillos fumados y los años de fumar. En los que fuman 20 cigarrillos al día por más de 20 a 30 años la posibilidad de tener EPOC es del 20 al 40%, dependiendo a demás de factores individuales (genéticos), otros contaminantes y alergia asociada. En general se presenta después de los 40 años.
En estudio EPOCAR realizado en la Argentina de 2014 a 2016 -en el cual también participó Mendoza-, en una población de 40 años o más, la prevalencia de EPOC es de 14,5%, (más frecuente en hombres 18,4%, que en mujeres 11,7%) y siendo más frecuente en población con menor nivel educativo y socio económico.
De la población encuestada con espirometría compatible con EPOC, el 75% lo desconocía, o sea que un porcentaje muy significativo era sub diagnosticado. El 82,5% de los que tenían estudios compatibles con EPOC mencionó que fue o es fumador, y de estos el 43,5% continuaba fumando.
En el Servicio de Neumonología del Hospital del Carmen, un 64% de los pacientes que concurren a consultorio externo han consumido tabaco (34% fumadores actuales y 66% exfumadores), pero además un 39% presentan exposición pasiva, sobre todo en el hogar o trabajo, y un 26% refieren exposición a biomasa. El 24% de los pacientes que concurren a nuestro Servicio presentan EPOC.
El tabaquismo es una enfermedad crónica causada por la adicción a la nicotina y, según la OMS, es la primera causa de enfermedad evitable en el mundo. Se calcula que en Argentina mueren 40.000 personas al año por esta causa.
En nuestro país el porcentaje de fumadores en la población adulta es del 25-30%. por lo que la cifra de pacientes potenciales de padecer EPOC es muy alta.
Un estudio publicado en la revista Prevención del tabaquismo, de España, mostramos la comparación del tabaquismo entre el periodo 1997 y 2012, en Argentina y en nuestro hospital. Allí se marca una tendencia a disminuir la prevalencia, tanto en población general como en personal de salud: del 40% baja al 25%, con un aumento significativo de personas que nunca fumaron. Por lo que se deben mantener las políticas de prevención, para que los cambios sean perdurables en el tiempo.
El cigarrillo electrónico no es una opción al cigarrillo común, ya que no es inocuo y además no está autorizado por ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimento y Tecnología).
Lo más importante en esta enfermedad sería realizar la prevención primaria, es decir no fumar para no padecerla. O dejar de fumar en los que ya lo están haciendo. Con respecto a la cesación tabáquica, se avanzó mucho en los últimos tiempos, con abordaje multidisciplinario, que incluye terapias cognitivos conductuales y medicación.
El tratamiento de esta enfermedad incluye la suspensión del tabaquismo, buena nutrición, actividad física (rehabilitación respiratoria), y medicación broncodilatadora. Lo único que está demostrado que alarga la supervivencia es dejar de fumar lo antes posible y la rehabilitación respiratoria.
En los casos en que la enfermedad progresa, lleva a la insuficiencia respiratoria que requiere el uso de oxígeno domiciliario por más de 15 horas diarias e incluso en casos seleccionados se puede realizar un transplante pulmonar.