La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 66/127, reconoce el 15 de junio como el Día mundial de la toma de conciencia por el maltrato del adulto mayor. Para quienes trabajamos con este grupo etario, es una obligación y una responsabilidad hacer visible este problema real, de gran magnitud y muchas veces oculto.
Esta responsabilidad no termina en hacer visible la problemática, sino en implementar acciones concretas para proteger los derechos de los ancianos. Promover el trato digno no sólo en el ámbito privado, familiar o institucional, sino involucrar a todos los actores sociales en dicha tarea.
Por eso, con total dedicación, estas palabras invitan a estar atentos, a escuchar, a ver, a creer y a hacer para evitar. En el caso de los mayores, la falta de respeto y el no reconocimiento de sus contribuciones diarias a la comunidad en la que viven, los robos y estafas de los que son víctimas cada día, la ausencia de servicios de salud adecuados y la falta de un ingreso que permita satisfacer las necesidades básicas de un porcentaje importante de la población, son algunas de las formas de maltrato y abuso más conocidas.
La violencia es un problema complejo, que expresa siempre una relación de poder por la cual uno violenta al otro. La violencia física, lastima el cuerpo y debe ser denunciada, pero también existen formas más sutiles que hieren la estima, aíslan, enferman y humillan a las personas mayores y deben ser erradicadas.
Todos debemos estar atentos para combatir cualquier forma de discriminación, abuso o maltrato a los mayores. Recordemos que una sociedad noble “es una sociedad que en lugar de proteger a los poderosos, defiende con decisión a los más vulnerables”.
El maltrato a los adultos mayores es un grave problema social, más allá del nivel económico y educativo de quien lo ejerce o padece. Es un problema de la sociedad en su conjunto, por lo tanto todos debemos comprometernos
Se denomina abuso al maltrato de una persona mayor basada en la confianza depositada en quien maltrata. El maltrato puede ser un acto único o puede ser una situación reiterada. Esta situación provoca un gran sufrimiento y llega a alterar el sentido de su vida. A veces el maltrato es tan sutil que casi es imperceptible por el entorno pero sí es perceptible por el que lo padece, inclusive a través de patologías físicas o psíquicas.
Es importante poder detectar señales que pueden advertirnos sobre posible maltrato. Por ejemplo, cambios en la conducta, miedos inusuales, cambios drásticos de humor, aislamiento o ansiedad. Asimismo es necesario saber que frente a una posible situación de maltrato. Se debe consultar con los trabajadores sociales de la obra social, visitar al médico de cabecera, indagar por separado (cuidador y paciente) en la consulta médica, consultar a los organismos estatales de tercera edad.
Buscar ayuda y orientación a tiempo.