Las donaciones de sangre contribuyen a salvar vidas y a mejorar la salud de aquellas personas que precisan transfusiones. Algunos de esos casos incluyen a mujeres con complicaciones obstétricas (embarazos ectópicos, hemorragias antes, durante o después del parto, etc.)
Las causas que pueden determinar que una mujer reciba sangre son múltiples, fundamentalmente la anemia crónica, debido a falta de hierro, ya sea por una dieta deficitaria sumado al consumo aumentado y fisiológico que se produce durante el embarazo y la otra causa es la hemorragia que puede ocurrir durante el embarazo, el parto o el puerperio.
Las hemorragias graves durante el parto y el puerperio son una importante causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad a largo plazo. No obstante, el acceso a suficiente sangre y productos sanguíneos seguros sigue siendo problemático en muchos países.
Los niños con anemia grave, a menudo causada por el paludismo o la malnutrición; las personas con traumatismos graves provocados por las catástrofes naturales y las causadas por el hombre; y muchos pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas y médicas complejas, y enfermos de cáncer, son pacientes que necesitan recibir transfusiones de sangre.
También se precisa sangre para realizar transfusiones periódicas en personas afectadas por enfermedades como la talasemia o la drepanocitosis; asimismo se utiliza para la elaboración de diversos productos, por ejemplo factores de coagulación para los hemofílicos.
Es decir que cualquier persona, sin importar edad, podría necesitar una transfusión de sangre en algún momento de la vida.
No existe ningún producto capaz de sustituir completamente a la sangre humana y la única forma de obtenerla es a través de la donación voluntaria
Existe una necesidad constante de donaciones regulares ya que la sangre sólo se puede conservar durante un tiempo limitado y luego deja de ser utilizable. Las donaciones regulares de sangre por un número suficiente de personas sanas son imprescindibles para garantizar la disponibilidad de sangre segura en el momento y el lugar en que se precise.
¿Quién puede donar sangre?
- Cualquier persona, hombre o mujer, que cumpla con las siguientes condiciones:
- Tener entre 18 y 65 años.
- Pesar más de 50 kg.
- Gozar de buena salud.
- No haber padecido enfermedades que sean transmitibles por vía sanguínea como Hepatitis B y C, Chagas, HIV, Sífilis, etc.
- No haber tenido relaciones sexuales con parejas ocasionales, o que resulten riesgosas para contraer alguna de las enfermedades mencionadas.
- No consumir drogas ilegales.
- No haberse realizado recientemente (un año) tatuajes, perforaciones o escarificaciones cutáneas.
¿Con qué frecuencia se puede donar sangre?
- Debe haber transcurrido al menos dos meses desde la última donación.
- Los hombres pueden donar hasta 5 veces al año y las mujeres hasta 4 veces al año.
Voluntad y solidaridad
En Mendoza existe el Centro Regional de Hemoterapia que tiene como objetivo lograr la donación voluntaria y habitual, en reemplazo del sistema de donación por reposición. Este distribuye los hemoderivados según las necesidades específicas de los hospitales públicos de Mendoza. Está ubicado en Montecaseros 1028 de Ciudad, teléfono 4204467, y su horario de atención es de lunes a viernes de 8 a 15.
También existe un registro de oferentes con el objetivo de crear una base de donantes voluntarios de sangre para ser requeridos cuando sea necesario.
La sangre es el regalo más valioso que podemos ofrecer a otra persona: el regalo de la vida. La decisión de donar sangre puede salvar una vida, o incluso varias si la sangre se separa por componentes –glóbulos rojos, plaquetas y plasma–, que pueden ser utilizados individualmente para pacientes con enfermedades específicas.