Recientes estudios revelan la importancia de la actividad física para evitar la diabetes de tipo 2. Científicos de la Universidad de Cambridge aseguran que dar paseos tras las comidas reduce el nivel de glucosa en sangre, por lo que proponen incorporar esta actividad al tratamiento de la diabetes de tipo 2.
Dos nuevos trabajos publicados en Diabetología (de la European Association for the Study of Diabetes) revelan la importancia de la cantidad de actividad física y el momento ideal para realizarla como base para la reducción del riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, así como para el manejo de la enfermedad.
En el primer estudio se examinaron los resultados sobre la relación entre la actividad física y la incidencia de la diabetes de tipo 2. Los autores encontraron un 26% de reducción del riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 entre los participantes que alcanzaron el equivalente metabólico de 150 horas a la semana de actividad moderada, el mínimo recomendado para la salud.
Sus resultados también sugieren que los beneficios de ser físicamente activo se alcanzan realizando más actividad que la recomendada.
La actividad física reduce el riesgo de padecer diabetes de tipo 2, pero no se tiene certeza de la relación entre dosis y respuesta. Los autores buscaron examinar si hay efectos beneficiosos para la salud más allá de los niveles recomendados
Estimar la relación entre dosis y respuesta es esencial para aproximar cómo los cambios en los niveles de actividad física pueden variar el impacto de la enfermedad y motivaría la creación de unos nuevos procedimientos para combatirla basados en la experiencia.
Los resultados sugieren que los beneficios de la actividad física son comprobables incluso en niveles por debajo del recomendado si se comparan con quien no hace ejercicio. Pero los beneficios son mayores para quienes exceden la cantidad mínima de ejercicio.
El estudio resume que algo de deporte está bien, pero más es mejor y usa principalmente objetivos específicos para la persona, logrando un efecto psicológico. Crear ambientes en los que el ejercicio es parte de la vida diaria puede ayudar a sobrellevar el sufrimiento personal y las cargas económicas.
Para combatir la obesidad y la diabetes debemos convertir nuestras ciudades en espacios donde ir a pie o en bicicleta sea algo normal.
En el segundo estudio exploraron si caminar tras las comidas daba buenos resultados. Se aconsejó a adultos con diabetes de tipo 2 andar durante 30 minutos cada día que podían dividirse en tres paseos de 10 minutos. El estudio demostró que caminar después de comer reporta beneficios de la actividad física como reducir la glucosa en sangre.
Media hora al día de ejercicio moderado, ya sea seguido o dividido en partes, puede ayudar a los diabéticos de tipo 2; sin embargo, no se ha especificado cuándo debe realizarse el ejercicio.
Tras evaluar el nivel de glucemia después de las comidas encontraron un 12% menos en aquellos que dieron paseos después de las comidas. Caminar después de las comidas fue, en general, la mejor actividad. Se produjo mejora de los niveles de glucosa en sangre tras las comidas de la noche, cuando el consumo de carbohidratos es más alto y los pacientes tienden a ser más sedentarios.
Los procedimientos actuales deberían incluir paseos después de comer. Particularmente cuando las comidas contengan una cantidad importante de carbohidratos